Abandonamos por un momento la narración de cómo se fueron gestando mis novelas para contar asuntos de actualidad. Ayer, viernes 23 de julio, pedí auxilio en mi entrada habitual en el blog para conseguir datos sobre el saqueo de Lisboa por Alfonso II. Y, para mayor difusión, copie la entrada y se la envié por e-mail a todos mis contactos. (Bueno, no sé si lo conseguí pues soy muy torpe en el uso de Internet, así que si alguno no lo ha recibido, que no se lo tome a mal.) Inmediatamente, dos de ellos, Javier Serra y María de Lombas me contestaron aportándome datos. (Lástima que lo hicieron a mi correo en vez de editar comentarios en el blog, lo que les hubiera hecho ganar el premio prometido). María me remitió a "La conquista árabe" de Roger Collins y Javier a la "Crónica Albeldense". Ambos libros ya los tenía y había utilizado anteriormente, pero ahora estoy de vacaciones en Torre del Mar, Málaga, y, obviamente, no he traído conmigo toda mi biblioteca. Pero al abrir el "link" (¿Se dice así?, me suena de algo)de Javier se iluminó una luz en mi memoria. Cuando, hace más de diez años, buscaba algo sobre ese tema para encabezar el correspondiente capítulo, había llegado a ese mismo sitio. En las crónicas no se decía nada sobre ello, pero en una nota a pie de página, el autor nos decía que las noticias sobre dicha conquista estaban en "Carlomagno y el Reino Asturiano" de Eginardo, según estudio de Marcelin Defourneaux. Lo recordé al instante, aunque, erróneamente, en el blog había citado a "Carlomagno", según Wilcario, obispo de Sens, lo que había, a su vez, motivado que María de Lombas me remitiese a escritos de ese personaje, de veinte años antes de la conquista de Lisboa y que también había aparecido en las páginas de mi novela anteriormente, de ahí mi error.
Bueno, también recordé que, en esa época (hace diez años) había intentado buscar algo de Eginardo, sin conseguirlo. Como mi opinión sobre mis habilidades de internet es muy pobre (Con todo fundamento), decidí volver a intentarlo. Esta vez, bien porque en este tiempo la documentación en Internet haya mejorado, bien porque no cometí los errores del pasado, a la octava o novena intentona encontré una página que me permitió descargar la crónica de Eginardo y, como no es demasiado extensa, procedí a leerla. Luego la releí otra vez, y después una tercera. Porque en dicha crónica no se menciona para nada la conquista de Lisboa. Busqué después los libros de Marcelin Defourneaux, también sin resultado. Asi que sigo como hace diez años; no importa, como esta novela, si se publica, tardará algo, pues otras han ocupado su lugar, dejaré dormir otra vez el tema.
Pero como Javier me escribió un poquito antes que María (A las 12.02 por las 12.12; Casi hubo "foto-finish")y dio en la clave: "Eginardo", aunque no resolviera mi problema; como no quiero declarar el premio desierto, si nadie encuentra lo que necesito de aquí a Septiembre, a la vuelta de las vacaciones le declararé ganador y le daré el libro prometido. (Aunque me consta que ya lo tiene, siempre puede venir bien para algún regalo para ese pariente al que no se sabe que hacer con él)
Y volveremos mañana a la historia de mis novelas
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