Ayer fue el 25 de julio, día del
Apóstol Santiago.
Todos los años por esta fecha
publico en el blog cómo van mis trabajos literarios del verano, y no voy a
hacer una excepción.
Como de costumbre, el tiempo no
me ha cundido tanto como yo esperaba. Pero tampoco me puedo quejar mucho. “La
estirpe de los reyes" va tomando forma. Los capítulos dedicados a Alarico (para
satisfacer la demanda de Mariano Vilella), que ya estaban esbozados, han tomado
su redacción casi definitiva. Puedo decir que ha salido de Ceuta, aunque sin
revelar su destino para que quien lo quiera saber tenga que leer la novela, y
ya está preparado para entregar el relevo como protagonista de las aventuras a
su hijo, al que he llamado Teodoredo.
Por otro lado, los capítulos
dedicados a la descendencia de Favila, en Asturias, de los que casi nada había
hecho, ya tienen una redacción coherente y esperan la aparición en ellos (para
contentar a Luz), de los protagonistas de “el Muladí”, Abdul y Jimena.
Con esto, lo que espero ocurra en
estos días, la primera parte de la novela queda casi terminada.
Ahora me quedan las dudas de si
seguir con ella, o antes revisar “La
Cruz de los Ángeles”, que tiene prevista su publicación para
el próximo curso, para adaptarla a lo que pase en “La estirpe” en los años en
que ambas novelas coexisten a la vez.
Pero eso ya lo decidiré en su
momento.
Buen verano a todos mis lectores.