8 de julio de 2010

¿Por qué?

Es una pregunta que me han hecho muchas veces y que yo también me hice, en su momento, a mí mismo: ¿Por qué un profesor de Educación Física (profesión que para muchos - equivocadamente, por supuesto - está reñida con inquietudes culturales o intelectuales)y ya de edad madura, de repente, siente la necesidad de ponerse a escribir?
Le respuesta es, como casi siempre, un cúmulo de circunstancias: Una niñez dedicada a la lectura (mi padre tenía una biblioteca bien provista y yo disfrutaba mis vacaciones en una casa alejada del pueblo con lo que pasaba horas leyendo todo lo que podía), una predisposición genética (Mi tío carnal, Anselmo Vega Artime, fue un poeta modernista de cierta fama - ya hablaremos de él en otra ocasión - y mi hermano mayor, Anselmo Vega Junquera, también ha tenido como "hobby" - antes decíamos "violin de Ingress" - escribir con frecuencia - también dejo para más adelante una relación de sus escritos -), una afición constante a la "novela histórica", un orgullo apasionado de mis raíces asturianas y, en fin, un momento de mi vida que, por varias razones, tenía tiempo para estar a solas en mi despacho y con mis libros.
En aquel tiempo (Hace unos quince años, ya se ve lo atrasado que está este blog y lo que tendremos que trabajar para ponerlo al día)me apeteció leer alguna novela(más entretenida que un ensayo) sobre nuestro "Héroe nacional", Don Pelayo y, por más que busqué no encontré ninguna (Actualmente, que yo sepa, hay ya publicadas, además de la mía y - importante - después de ella, dos novelas y un ensayo, y, si hubieran estado editadas ya, la historia hubiera sido diferente).
Entonces, una idea brotó en mi mente (supongo que, en esas fechas, bastante desocupada): ¿Por qué no llenar ese vacío? ¿Por qué no escribirla yo? ¿Sería capaz? La respuesta solo vendría después de intentarlo. Y para eso tendremos que esperar a otra entrada en el blog

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