27 de agosto de 2017

Todo llega a su fin (aunque a veces tarde más de la cuenta)

Hace un mes que no escribo en este blog, y no ha sido por pereza ni porque hubiera decidido dar unas vacaciones a mi ordenador. Durante ese tiempo he dedicado todos mis ratos libres a la novela que me ha tenido ocupado últimamente: La Estirpe de los Reyes. Como sabrán los que hayan leído mis últimas publicaciones, bien aquí, en mi página de Facebook, Pelayo, rey, o en mi muro, desde que, en el mes de mayo, pensé que ya la había concluido y se la había enviado a la editorial, he añadido tramas nuevas, la he revisado, he comprobado que la división en dos libros separados (por mor de su excesiva extensión) estaba hecha en un lugar, excelente por la temática, pero inapropiado por el diferente tamaño de ambos, por lo que he tenido que hacer una nueva división, la he vuelto a revisar, he encontrado errores de concepto en la trama que me han obligado a correcciones que, a su vez, han traído como consecuencia una nueva revisión y la introducción de otras correcciones que, a su vez, han aconsejado que volviera a revisarla, de nuevo, del principio al final. Pero, al fin, y como era mi intención, antes de que se terminase el verano (por poco), ¡ya está acabada! Y definitivamente, pues, aunque si volviera a revisarla, estoy seguro de que encontraría motivos para repetir el proceso, no pienso hacerlo. Hay otras novelas que están esperando (la nueva redacción de La Cruz de los Ángeles, la Cruz de la Victoria, ya escrita, y las que resten hasta que desaparezca el reino asturiaano, quizá una más, que llevará el título de La caja de las ágatas), y quisiera terminarlas mientras tenga fuerzas para ello.
De momento, las próximas publicaciones en este blog estarán dedicadas a un (esperemos que breve) estudio crítico sobre La Estirpe de los Reyes y cómo los escritores nos repetimos, y a una comparativa (y orden de lectura) entre ésta novela y sus contemporáneas, La Muralla Esmeralda, el Muladí y La Cruz de los Ángeles (primera redacción, la que está publicada); y, posteriormente, otra comparativa entre esa redacción de la Cruz de los Ángeles y la posterior, que aún no he decidido si se editará.
Y mucha fuerza a todos para poner fin a las vacaciones y retomar nuestro trabajo diario. Para llegar al próximo verano queda menos de un año. La reconquista duró más de setecientos, y también se acabó. (o, al menos, eso creímos)