8 de septiembre de 2015

CASTILLO DE GAUZÓN

Este fin de semana pasado estuve en Asturias. Había, por fin, acabado los capítulos dedicados a Abderrahmán y podía seguir con la trama asturiana; así que aproveché la ocasión para acercarme a las excavaciones del Castillo de Gauzón y realizar una visita guiada. Quiero agradecer al equipo de investigadores la amabilidad con que nos trataron y la ayuda que ese castillo significa para mí a la hora de elaborar las tramas. Aunque los últimos descubrimientos, que lo hacen más antiguo de lo que se pensaba en un primer momento, me obligarán a modificar algunos párrafos. (al igual que otros anteriores, como la moneda visigoda, me hicieron cambiar capítulos enteros).
Ahora toca pasar a las páginas las sensaciones experimentadas.

21 de agosto de 2015

COMPLICACIONES III



Y vamos con la más importante de las cuestiones que me ocuparon antes de
poder dedicarme a redactar los capítulos dedicados a la llegada de Abderrahmán:
Sus hijos.

Para aclarar la cuestión, tenemos que Abderrahmán nació en 731, por lo que llega a España con 24 años. No hay noticias de que tuviese hijos antes de eso, ni de que le acompañasen en su llegada (aunque no es imposible).

 
Pero en la Crónica de Alfonso III, versión “ad Sebastián”, se dice que Fruela derrotó y dio muerte a un hijo de Abderramán, de nombre Umar, en Pontuvio; esa batalla, si es que existió, tuvo lugar, aproximadamente unos tres años después de la llegada al trono de Abderrahmán, en el año 759-60, cuando el omeya tendría unos 28 años, por lo que no podría haber tenido un hijo en edad de mandar el ejército, así que eso, con toda probabilidad, no será cierto; pero yo ya había citado a ese Umar en LA CRUZ DE LOS ÁNGELES. Esa cuestión ya la solucioné haciendo que Abderrahmán adoptase a un omeya (inventado) de nombre Omar en los capítulos que había escrito anteriormente.     
Pero Abderrahmán había tenido más hijos. Las crónicas nos hablan de, al menos, tres. Su sucesor, Hisham, era hijo de la esclava Holal, que el omeya había encontrado en el palacio de Córdoba cuando la conquistó, en el año 756. Así que habría nacido, como muy pronto, en 757. Los otros dos hermanos, Abd Allah y Suleimán, deberían haber nacido antes (Se nos dice en las crónicas que prefirió a Hisham antes que a sus hermanos mayores), así que el tiempo que disponemos para que hayan nacido antes que Hisham, si es que no lo habían hecho antes de su llegada, es muy corto. Eso me da pie para, sin ningún fundamento histórico, introducir una trama de ambiciones y amoríos durante la estancia de Abderrahmán en Almuñecar, que espero que haga más interesante la novela.

               
Por último, dicho esto, quiero terminar comunicando que, una vez solucionados estos problemas, la trama avanzó lo suficiente para dejar a Abderrahmán entronizado en Córdoba, abandonar el relato de acontecimientos ocurridos en la España musulmana y que nuestros auténticos protagonistas, los (imaginarios e imaginarias) descendientes del último rey godo, don Rodrigo, y del primer caudillo
asturiano, don Pelayo, se unan (ficticiamente) a la lista real de reyes asturianos.

También tuve tiempo de desplazarme a Almuñécar, Archidona y Turrush siguiendo el camino de Abderrahmán, aunque, lamentablemente, no pude llegar hasta las ruinas del castillo de Turrush porque mi coche, según me dijeron, mientras lo observaban con aire crítico, los lugareños, no podría llegar hasta allí. Así que la descripción de ese sitio, al contrario que las restantes realizadas en la novela, no se corresponde con ninguna realidad. 

19 de agosto de 2015

COMPLICACIONES II

Más complicaciones me presentaron las fechas de la batalla en que derrotó a Yusuf (Musara), su proclamación oficial como emir en Archidona y la entrada en Córdoba. En la vida de Abderrahmán se  dice que la batalla de Musara fue el 13 o 14  de marzo de 756. A continuación entró en Córdoba, y luego, el 16 de Marzo, se proclamó emir en Archidona. Esto no es lógico, pues de Córdoba a Archidona hay unos 80 Kmts. Que se pueden recorrer, como mínimo, en tres días. No creo probable que gane la batalla, entre en Córdoba, (al lado de Musara), e, inmediatamente, abandone la capital para correr a Archidona y que allí le proclamen emir, pudiendo haberlo hecho en la misma capital. Todo indica que la proclamación en Archidona fue cuando aún no dominaba Córdoba y el  motivo para que Yusuf le atacase. Eso fue lo que elegí para desarrollar la trama de mi novela, aunque todas las informaciones de internet que iba consultando coincidían en que había entrado en Córdoba en marzo. Por fin encontré una que decía que la batalla de Musara había tenido lugar el 14 de mayo, lo que agradecí porque coincidía con lo que había escrito, aunque, como en las complicaciones anteriores, había decidido no ser explícito con las fechas.

18 de agosto de 2015

COMPLICACIONES

Aunque el motivo de la serie de mis novelas es (como resulta obvio por su título) relatar de forma novelada los acontecimientos que ocurren durante el principio del Reino de Asturias, hasta que éste pasa a integrarse en el de León - y quizá más allá -, en la novela en la que estoy trabajando actualmente cobra especial importancia el personaje de Abderrahmán I. Actualizados, por fin, los capítulos correspondientes a la trama asturiana de la misma, pude enfrascarme en los que narran la llegada del último omeya a la Península.
Pero, al hacerlo, me encontré con una serie de complicaciones que paso a relatar a continuación, aunque por su extensión, lo hago en tres entradas consecutivas.

COMPLICACIONES I: Fecha y lugar de su llegada.

Como ya va para un mes desde que escribí la entrada anterior, es un buen momento para hacer la penúltima recapitulación antes de que se termine el verano. Hace tiempo que dejé, más o menos, organizados los capítulos asturianos (siempre hay algo que no acaba de estar cerrado) y pude centrarme en la llegada de Abderrahmán a España y su proclamación como primer emir independiente. Y, naturalmente, al empezar la tarea comenzaron los problemas. Las notas que tenía tomadas sobre ese personaje eran bastante sucintas, porque su aparición en los últimos capítulos de EL MULADÍ y en LA CRUZ DE LOS ÁNGELES era absolutamente tangencial; también lo iba a ser en esta novela, pero su atrayente personalidad ha hecho que tomase mucho más protagonismo que el previsto inicialmente.
            Es cierto que tenía mis fuentes, las que he utilizado en mis novelas, principalmente los escritos de Sánchez Albornoz, R.P. Dozy, el Ajbar Machmuá, y el Ibn Idarí, entre otros. Pero todos esos libros estaban en Madrid (No viajo con ellos, y no tengo copias digitales, algo que tendré que solucionar), y las notas que de ellos he sacado para la redacción de mis novelas, y que sí están en mi ordenador, eran, respecto a este personaje, como ya he dicho antes, bastante incompletas. Quedaba la solución de buscar en Internet, pero los datos que iba encontrando eran, a veces, poco de fiar, y, a menudo, contradictorios. Es cierto que, según quien sea el cronista que haya narrado la llegada de Abderrahmán, encontraremos diferencias de lugares, fechas, nombres, etc.; y tendría que decidirme por alguna de ellas; pero en mis novelas anteriores, y dado que no pensaba que el Omeya iba a ser fundamental en alguna otra, no había mantenido un suficiente rigor en la selección de datos, tomando de aquí y de allá los que me parecieron más novelescos, y, por supuesto, ahora no me acordaba de dónde había sacado cada uno. La tarea de cuadrar todo fue ardua, y, por supuesto, mucho menos gratificante que la de idear una trama y redactarla de manera coherente y entretenida (espero) para los lectores, pero al fin todo fue encajando, con algunas dificultades que expongo a continuación.
            La primera que me encontré fue la fecha y lugar de su llegada. Generalmente se acepta que en septiembre del año 755 desembarcó en Almuñécar. Así lo tenía apuntado y así lo encontré en mis primeras búsquedas por internet; pero si buscamos la historia del emirato independiente, vemos que ahí se dice que desembarcó en 756. En la página que nos cuenta la historia de Yusuf el Fihrí, el antecesor de Abderrahmán, nos dice que el omeya desembarcó en Rayya (Málaga), siendo así que Almuñécar pertenecía a Elvira (Granada); y en el blogspot.el turbante blanco, muy bien documentado, dice que el desembarco fue en “la luna nueva de Rabí I del año 138, es decir, el 14 de agosto de 755”, pero añade que: “existe un estudio de Virgilio Martinez Enamorado, cuestionando que este fue hecho en las playas de Burriana (Bitruh Riyana) se puede leer en la revista Al-Qantara enero-junio de 2006 pp. 199-210
                No fue ésta la complicación más importante, la solucioné escogiendo la opción más comúnmente aceptada: Almuñécar, septiembre 755, y, además, no especifiqué la fecha para evitar problemas de lectores inquisitivos (que los hay, yo mismo lo soy referente a obras de otros autores)

                También nos encontramos con que lo más comúnmente aceptado es que la primera proclamación como emir fue en “Turrush”, nada más llegar. En un principio creí que se trataba de Torrox, y cuadraba bien (Ese pueblo costero de la Axarquía de Málaga está a menos de 20 Kmts. de Almuñécar, un día de camino – y a 8 de mi residencia vacacional en Torre del Mar, con lo que podría ir allí con facilidad -, con lo que todo parecía lógico. Pero luego, al ir leyendo, casi todos los historiadores sitúan el castillo de “Turrush” en Fuentes del Cesna, entre Algarinejo e Iznájar. Respeto la opinión de los historiadores, que, seguramente, tendrán razón, pero no conseguía cuadrar, en la trama de la novela, que, nada más llegar Abderrahmán a España, abandonase la seguridad de la costa para dirigirse a una localidad del interior, mucho más cerca de Córdoba, donde estarían los partidarios de Yusuf. Además, de Almuñécar a Turrush hay, más o menos, unos 80 Kmts., por caminos agrestes; no parece lógico que Abderrahmán fuese allí a pasar el invierno. (La campaña contra Yusuf no fue hasta la primavera siguiente, como veremos cuando estudiemos las fechas correspondientes a ella). Por otro lado, todos los autores coinciden en que se alojó en la casa de Ubayd Allah Abú Utmán, (También escrito Obaidallah Abú Otmán), pero he leído frases como: “Le traia la noticia del desembarco de Abd al-Rahman ibn Muawiya en Almuñecar (sep.oct. 755) y su alojamiento en casa de Ubayd Allah Abu Uthman…” que nos indicarían que estaba todavía en Almuñécar, o: “cuando fue informado del desembarco en España del marwani ´Abd al-Rahman ben Mu´awiya y de su instalacion en Torrox, como huesped del jefe de los chundis omeyas de Elvira…/… Al mismo tiempo que se le comunicaba.
-´Abd al-Rahman ben Mu´awiya ha entrado en al-Andalus y reside en casa de Ubayd Allah ben Utman
.” Que nos dice que la residencia de Abú Utmán estaba en Turrush. Aquí, para dar coherencia a una campaña militar y a la trama de la novela, (aunque no eso sea posiblemente lo que ocurrió en la realidad), decidí que la residencia de Abú Utmán estaría en Almuñécar, donde pasarían el invierno, pero que en el primer sitio que le proclamasen emir fuese en Turrush, para lo que me basé en: “En el Castillo de Turrush, Algarinejo (Granada), y apoyado por los mozárabes de la fortaleza, reclutó un pequeño ejército con el cual asaltar posteriormente el poder.
”, de la página en Internet acerca de la vida de Abderrahmán, aunque esté en contradicción con que Turrush pertenecía a Abú Utmán.

25 de julio de 2015

DE NUEVO EL DÍA DEL SANTO PATRÓN

Intentando mantener la costumbre comenzada hace 10 años de tal día como hoy, fiesta del Santo Patrón de nuestra España, escribir en este resumen (Y en mi blog, y en mi página de Facebook) contando cómo va mi actividad literaria, voy a hacer un breve resumen de la misma.
En lo referente a lo que fue la excusa para la primera entrada, la novela dedicada a Jacobo ben Zebedeo, tengo que decir que todo sigue igual que el año pasado (y el anterior, y el anterior a ese, y…), es decir, esperando; esperando a concluir, si no la serie de novelas sobre la Reconquista, al menos sí en la que estoy trabajando durante los últimos tres años (aunque en ese plazo se hayan publicado otras dos, escritas anteriormente). Nuestro Santo Patrón tendrá que hacer acopio de paciencia, y quizá no sea mala cosa, pues esa virtud no era la que caracterizaba, precisamente, al Hijo del Trueno.
Por lo que respecta a mi ocupación actual, La Estirpe de los Reyes, empecé el verano con buen ritmo; me dediqué a trabajar en los capítulos correspondientes a la trama asturiana, trama que ya había sobrepasado a la musulmana-bizantina, pero de la que me he dado cuenta de que había muchos cabos sueltos que había que dejar claros antes de poder volver a enfrascarme en la llegada de Abderramán ibn Moawia a España. Asunto que hubiera debido quedar resuelto en la primera semana de Julio, temporada que pasé en Luanco, mi pueblo asturiano, pero que por unas u otras cosas no realicé allí. Así que, una vez en Torre del Mar, Málaga, en vez de dedicarme a narrar los hechos que llevaron a la proclamación del Omeya emigrante como el primer emir independiente, suceso que ocurrió en Archidona, muy cerca de mi residencia actual, y lugar al que podía acercarme para encontrar inspiración, tuve que centrarme en lo que había pasado muy al norte, en los valles y playas de Asturias, lugares a los que , afortunadamente,  no tengo que acudir para sentirme cerca de ellos, pues siempre van conmigo.
Pero claro, siempre hay problemas. Al detallar más los hechos (casi todos inventados) que ocurrían allí, tuve que repasar lo ya escrito y encontré varias cosas que no acababan de llenarme. Tanto que tendré que reescribir varios capítulos anteriores para explicar mejor las reacciones de varios personajes no suficientemente detalladas, e incluso, replantearme el modo en que la estirpe de D. Rodrigo (que pertenece exclusivamente a mi imaginación), formada, de momento, por Florinda, hija de la forzada relación del último rey godo y Florinda, “la cava”, y por el hijo de aquella y Alarico, Teodoredo; y la de don Pelayo, en la línea que forman (basadas en algunas leyendas sin base histórica, ayudadas por lo que me he inventado), su hijo Favila, su esposa Froiluba, la hija de ambos, Flavinia, y cierto personaje venido de muy lejos, iban a unirse con la relación (en ese caso, histórica) de los reyes asturianos.

Y en esas estamos, en los ratos que me dejan libre mis obligaciones veraniegas (playa, siesta, paseos con mi perro, Tour de Francia, cervezas y tapitas, etc.) Claro que este año no tengo cargo de conciencia por no dedicar más tiempo a mis novelas, pues no siento la urgencia de acabar lo previsto antes del fin del verano, ya que cuando vuelva a Madrid, en Septiembre, seguiré con el tiempo libre propio del estado ideal (de momento): la jubilación.

8 de junio de 2015

Dos meses después.

Los finales de curso siempre son complicados, y no he sido capaz de mantener la norma autoimpuesta de una entrada al mes; al menos, intentaremos hacer una cada dos meses, esperando que, tanto en el verano, como durante el año próximo y los siguientes, ya jubilado, pueda hacerlo con más frecuencia. Bueno, entremos en materia: La presentación anunciada en la entrada anterior se efectuó con normalidad, la afluencia de público fue, incluso, un poco mayor que en las anteriores, los ejemplares de LA CRUZ DE LOS ÁNGELES prácticamente, se agotaron e, incluso, repartí algunos de las dos anteriores (LA MURALLA ESMERALDA Y EL MULADÍ) Sin embargo, LA MEDALLA OLÍMPICA, una vez más, no estaba a punto para ese día, así que seguiremos esperando por ella. Si llega a gustar tanto como lo que se hace de rogar, será un éxito. Por otro lado, el próximo viernes, día 12 de junio, estaré de nuevo en La Feria del Libro de Madrid, en la caseta 290 (Alberto Santos, editor) firmando ejemplares de la primera de las novelas, PELAYO REY (las siguientes, al estar publicadas por otra editorial, no pueden ser firmadas allí) Ojalá pueda contactar con algún librero que tenga caseta en la serie, para poder firmar el resto de mis novelas. Aunque me temo que eso no será posible, al menos por este año.

13 de abril de 2015

Bueno, pues he tardado poco en dejar de cumplir lo que me había propuesto: el mes de marzo transcurrió sin escribir ni hacer ninguna entrada en mi blog ni en Facebook; causas (que no excusas): el mes pasado es un mes especial, en el colegio tenemos los Juegos Deportivos, que ocupan una gran parte de mi tiempo y de mis preocupaciones; a finales vinieron las vacaciones de Semana Santa en las que, como de costumbre, viajé a Torre del Mar; y, a la vuelta, aparte de las tareas de principio de trimestre, está el concluir aquellas pruebas de los juegos deportivos que hubo que suspender por causa de la lluvia. En compensación, una buena noticia, que ya había adelantado en mi entrada anterior: Definitivamente, el día 23 de este mes, día de san Jorge y día del Libro, la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio organiza la presentación de la cuarta novela de la serie, LA CRUZ DE LOS ÁNGELES, a la que añadiré también la de LA MEDALLA OLÍMPICA, novela de tema actual, de aventuras y de intriga. Lugar: Colegio Santa María de los Rosales, calle Virgen de los Rosales 1, Aravaca, 28023 Madrid. Hora: la ocho de la tarde. Y, debido a esto, en vez de adelantar, como tenía previsto, en Semana Santa los capítulos de la Estirpe correspondientes a la llegada de Abderrahmán a España y su proclamación como emir en la mezquita de Archidona, aprovechando que ese lugar está cerca de mi casa de Torre del Mar, Málaga, me dediqué a preparar la presentación de las novelas. Espero que todo salga bien, que los ejemplares que he encargado lleguen a tiempo y que los que acudan (ojalá que en número no escaso) disfruten con ello.

27 de febrero de 2015

PROMESA CUMPLIDA EN EL ÚLTIMO SUSPIRO.

Ciñámonos a la letra de lo prometido en la entrada anterior, de fecha 8 de enero. Dije que intentaría escribir una entrada en en el blog al menos una vez cada mes, y aún estoy a tiempo de cumplirlo. Bien es verdad que casi han pasado dos meses desde entonces, pero si publico esto antes del próximo domingo, día uno de marzo (me quedan hoy y mañana), habré hecho una entrada en enero y otra en febrero, y salvaré el cumplimiento de lo prometido, aunque sea por los pelos (los pocos que me quedan). El texto de LA CRUZ DE LOS ÁNGELES ya está terminado y corregido. La portada, una vez más una obra excelente de mi amigo Nacho Luengo, al que nunca podré agradecer lo suficiente las molestias que se toma para que mis novelas tengan una apariencia más que suficientemente aceptable (en su exterior; en cuanto a su interior, que cada cual lo califique como crea que se merezca), ya está también concluida, y, aunque el artista aún quiere hacer unos últimos retoques, podría ir tal cual a imprenta. Así que ese capítulo ya está cerrado, a la espera de fijar la fecha de la presentación en el colegio (el 23 de abril, día del libro, sería una fecha interesante). En cuanto a LA ESTIRPE DE LOS REYES, aproveché el fin de semana del 13 de este mes, que no fue día lectivo, para hacer un viaje a Asturias. Casualmente, lo que acontecía en el capítulo que estaba escribiendo tenía lugar en Gozón, Avilés y las dunas del Espartal, en Salinas, así que me dediqué a pasear con mi perro por esos lugares para ponerme en situación. El resultado, al menos para mis intenciones, fue satisfactorio; y, aunque – como es habitual – voy más lento de lo que me gustaría, la novela sigue progresando adecuadamente. Los capítulos correspondientes a la trama asturiana, que son en los que estoy trabajando actualmente ya han sobrepasado (cronológicamente) a los de la trama africana-árabe-bizantina; y pronto ambas confluirán en una sola. Eso me llevará a enfrentarme a las complicaciones que me han perseguido desde que me decidí a escribir esta novela, contemporánea de las otras que ya he publicado o redactado: hacer compatibles los acontecimientos que sucedan en ella con los que se narran en LA MURALLA ESMERALDA, EL MULADÍ, LA CRUZ DE LOS ÁNGELES o en la aún inédita LA CRUZ DE LA VICTORIA, que debería ser la siguiente en publicarse, a no ser que la actual, LA ESTIRPE, vea la luz antes que ella. Pero eso es otro problema del que nunca estaré seguro si he hecho bien en meterme en él. Hasta el próximo mes.

12 de enero de 2015

Nuevo año

8 de Enero de 2015 Comienza un nuevo año y es hora de hacer nuevos propósitos (aunque los anteriores no se hayan cumplido, ni de lejos). Como no acabé de llegar a un acuerdo con Alberto Santos para la publicación de LA CRUZ DE LOS ÁNGELES, me he dedicado a hacer la corrección ortotipográfica de esa novela y enviársela a Ignacio Méndez Trelles para que sea Sapere Aude quien la edite. (Ya saben, me comprometo a un número mínimo de ejemplares que compro yo mismo y pongo a disposición de aquellos de mis lectores que los deseen en la presentación de la novela, y si hay más interesados en ella, tendrán que pedirla por internet a dicha editorial); eso me ha llevado el poco tiempo libre de que he dispuesto en el primer trimestre. También me ha obligado a molestar de nuevo a Nacho Luengo para la realización de la portada que estoy seguro será tan impresionante como las dos anteriores. Espero que podrá ver la luz en primavera y hacer la presentación, como de costumbre, en el colegio y con la ayuda de la Asociación de Antiguos Alumnos. También para esa fecha espero que esté (por fin) editada LA MEDALLA OLÍMPICA, y pueda presentar a ambas conjuntamente. Y, como propósito para el año nuevo, dedicar todas las semanas unas horas a la redacción de los capítulos de la trama asturiana de LA ESTIRPE DE LOS REYES que me faltan, intentando que para el verano (o para el final de ese período vacacional, no seamos demasiado exigentes) ya esté esa novela, que hará el número 5 de la saga, en condiciones de pasar las revisiones postreras. Así, como el curso que viene ya estaré disfrutando de mi jubilación, quizá antes de que este 2015 recién comenzado se termine, pueda pensar en editar “La Estirpe” y revisar LA CRUZ DE LA VICTORIA, ya escrita, pero que debido a las nuevas tramas que se introduzcan en “La Estirpe” habrá que rehacer en parte. En ese caso, quizá, para la primavera del 2016 pudiera salir la 6ª novela de la saga. Aunque eso queda muy lejano; nos conformaremos con, para este año, a lo ya planeado, sumar el escribir, al menos una vez al mes, en este borrador, en mi blog, y en Facebook. Ya sería bastante.