16 de diciembre de 2010

TERCERA NOVELA II.- Muladíes y Mozárabes

Los habitantes de la península en aquellos tiempos pertenecían a varios grupos: unos minoritarios, los supervivientes de los godos que no huyeron a las tierras de los francos y se refugiaron en Asturias, las tribus de cántabros y astures, poco romanizadas y civilizadas que mantenían su independencia al norte de la cordillera cantábrica, los árabes que vinieron con Musa ibn Nosayr y los que después se les fueron añadiendo, establecidos principalmente en los valles del Ebro y Guadalquivir y en las fértiles huertas del levante peninsular, y los bereberes que cruzaron el estrecho con Tarik y a los que sus señores árabes confinaron en las menos productivas de las tierras conquistadas, las zonas montañosas de ambas mesetas.
Sin embargo, la mayor parte de los habitantes de España eran los descendientes de los romanizados iberos, celtíberos y celtas, llamados por eso hispanorromanos y que, después de la conquista árabe se dividieron en dos grandes grupos por mor de su religión: Los “Mozárabes”, que se mantuvieron fieles a la religión cristiana, aunque asimilando, bien de grado o por la fuerza, muchas de sus costumbres, de ahí su nombre (“Mostaarab”, los que quieren ser como árabes) y los “Muladíes”, aquellos que por diferentes motivos (Pagar menos impuestos, subir en la escala social, poder acceder a cargos públicos…) adoptaron la religión Islámica (Los “Muwallad”, los adoptados)
De estos grupos pretendía hablar en mis novelas, de los muladíes en esta, “El Muladí”, y de los mozárabes en otra posterior, que no pudo denominarse “El mozárabe” por haber ya una con ese nombre y que, con la originalidad que me caracteriza, titulé “Los mozárabes”.
Y, como ya tenía experiencia y comenzaba a considerarme un escritor, pues aparte de “La Cruz de la Victoria” (Que estaba a punto de publicarse con el título “Pelayo, rey”) y “La Cruz de los ángeles”, tenía ya casi acabada “La caja de las ágatas” (Que posteriormente tomaría el título abandonado de “La Cruz de la Victoria), decidí hacer un esquema previo de la novela antes de ponerme a escribir. Y del que hablaremos en la siguiente entrada.

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