Casi todo lo importante ( o de lo que tenemos más noticias) que ocurrió en esos años (Los que ocupan el reinado – breve - de Favila y el de su cuñado Alfonso I, sucedió en África (Rebelión de los bereberes, envío de un ejército por el Califa, batalla “de los nobles”, llegada de los “sirios” a Ceuta) o en la zona de España dominada por los emires cordobeses (luchas entre kelbíes y qaysíes, entre bereberes y árabes, o entre los descendientes de los llegados con Musa – “baladíes” y los sirios de Balch) que tanta importancia tuvieron para permitir que Alfonso I viese la ocasión propicia – adelantada por Julián en la novela anterior, “La muralla esmeralda” – para comenzar a avanzar con sus escasas tropas al sur de los montes y hacer incursiones por la meseta superior, volviendo, ante la imposibilidad de mantener allí una fuerza permanente, a su refugio asturiano llevándose con él a los cristianos de esas zonas lo que permitió, por un lado, al reino de Asturias llegar a tener la demografía suficiente para enfrentarse a los musulmanes, y, por otro, crear una zona defensiva, por la que los ejércitos islámicos, que se alimentaban sobre el terreno, tendrían dificultades para llevar contra Asturias un número importante de soldados.
Así que nuestro protagonista (Abdul) tendría que ir a todos esos sitios; pero, además, como la novela formaba parte de la serie sobre el reino de Asturias, sus actos tendrían que tener relación con este (para poder hablar sobre esas tierras de forma coherente) y, si fuera posible, acabar allí.
Como también quería, a pesar de ser consciente de mis carencias para contar de forma creíble escenas de amor, introducir una historia romántica, impr4scindible en cualquier novela que quiera interesar a todo el mundo, encontré rápidamente la forma de resolver estos puntos. Abdul estaría enamorada de una joven cristiana, y tendría dificultades para poder hacer realidad su amor. (Al estilo de Romeo y Julieta, o algo así). En principio pensé retratar en esta joven y su familia a los mozárabes, pero luego, al considerar que lo más representativo de este grupo social son los martirios de los seguidores de san Eulogio, muchos años después, dejé para otra novela a esos cristianos sometidos y decidí que Jimena (así iba a llamarse la amada de Abdul) formase parte de los cristianos liberados por Alfonso I y llevados con él a Asturias. Esto daría pie a que Abdul tomase conciencia de que el único lugar en que podría hacer realidad su amor sería llegando al reino cristiano y, una vez allí, volviendo a la fe de sus antecesores (si lo hiciera en territorio musulmán sería considerado apóstata y condenado a muerte). Pero aquí el lado sádico del autor le frustraría constantemente haciendo que tuviese que incorporarse a los diferentes ejércitos musulmanes y tomar parte en todos los acontecimientos que relaté anteriormente.
Bien, eso es todo por hoy: Pero como estoy escribiendo desde Asturias, adónde vine a pasar la Nochebuena con mi familia, y nosotros, por suerte, y gracias, en parte, a los héroes de mis novelas, no somos musulmanes sino cristianos y creemos que Dios se hizo hombre y nació de una Virgen, acontecimiento que conmemoramos esta noche, aprovecho para desear a todos los lectores de mi blog una ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!
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