Cuando escribí mi primera novela, decidí, no me acuerdo cómo ni en qué momento, encabezar cada capítulo con una frase de alguna de las muchas fuentes consultadas, tanto de historia como de leyendas, que hiciera relación a lo que en el capítulo se iba a tratar. Quizá fuera un deseo de mi subconsciente de dejar de manifiesto todo el trabajo de lectura e investigación que había detrás de cada párrafo.
Sea como fuere, así quedó elaborada la novela, y del mismo modo redacté la segunda que escribí (“La Cruz de los Ángeles”), excepto el encabezamiento del capítulo dedicado a la conquista de Lisboa, para el que no encontré ninguna cita, como ya dije en la entrada del blog referente a esa novela en la que pedía ayuda a mis lectores y a la que tan amablemente respondieron tanto Javier Serra como María de Lombas (Aunque el problema sigue latente y volveremos sobre él en próximas entradas).
Respecto a la tercera (“El Muladí”), seguí la misma estructura y así están encabezados los capítulos, al menos la mayor parte, y para los que aún no he encontrado frases adecuadas, no me preocupa mucho, pues aún falta para que esa novela esté próxima a publicarse.
Esa misma técnica pensaba seguir en el resto de novelas, pues ya era algo así como un signo de identidad de la serie.
Pero con la “Muralla esmeralda” se me presenta un problema nuevo; Ya he dicho que nada hay en las crónicas asturianas ni en las islámicas sobre los acontecimientos que ocurrieran en ese tiempo en el reino de Asturias. Para los capítulos que narran las aventuras de nuestros viajeros en las tierras sometidas a los musulmanes, tengo multitud de opciones en los relatos del “Ajbar Machmua”, el “Ibn Idari” o el “Al Makkari”, entre otros. Mas por mucho que he buscado, no he encontrado ninguna frase que emplear en los capítulos dedicados a Pelayo y la vida en el reino asturiano.
Así que, a simple vista, tengo tres soluciones: Dejar sin encabezamientos esos capítulos (No me gusta nada); Dejar esa novela sin encabezamientos, perdiendo la identidad de la serie (Incluso podría suprimirlos en las demás, dejándolos únicamente en la ya publicada, como origen de la serie, y evitándome así problemas en el resto, lo que tampoco me gusta); O utilizar para los capítulos en los que no encuentre nada en las crónicas, unos párrafos de una canción (ficticia) escrita presuntamente un poco después de la muerte de Pelayo por algún autor desconocido y para lo que puedo recurrir a unos folios de ese estilo que escribí hace tiempo y que, debido a su bajísima calidad literaria, descarté hace tiempo y tengo guardados en algún sitio olvidado. Esta última opción me parece la menos mala, pero quizá adolezca de excesiva presunción y perjudique al texto de la novela.
Me gustaría que, respecto a este tema, se disipase, aunque fuera momentáneamente, la timidez o pereza de mis lectores y me enviasen comentarios manifestando su opinión. Prometo tenerlos en cuenta.
Hola, Pablo: Con mucho gusto te mando mi comentario. Me parece perfecto todo lo que estas escribiendo en este Blog. Felicitacioes. En cuanto a las novelas, debes tener claro que son novelas, aunque tenga fondo histórico. Por eso, una vez trazada la línea y el estilo (entre ello, el poner al principio de cada capitulo un pequeño texto) debes mantenerlo. Si no tienes referencias históricas rigurosas, no importa. Le das la solución que apuntas.
ResponderEliminarOtra cosa: Independientemente de cuando hayas escrito cada libro, el orden de exposición tiene que ser el cronológico, para que sea una saga. Por último, en cuanto a la edición y publicación, habla antes conmigo. Hay soluciones.
Un abrazo, Anselmo.
Gracias, Anselmo.
ResponderEliminarTus consejos siempre me han sido muy útiles
Hablaremos en Navidad.