26 de agosto de 2010

FINAL DEL VERANO

Por fin he dejado descansar por unos días a mis sufridos lectores (si es que hay alguno que siga leyendo mi blog), y a mi mismo. Como me había sugerido María de Lombas (una vez más, gracias por su solitaria aportación), voy a comenzar a contar de manera más detallada cómo fueron mis trabajos de investigación para describir un mundo lo más real posible en el que desarrollar la trama de mis novelas; pero eso solo lo podré hacer cuando vuelva a Madrid, con mis notas, libros y apuntes a mano. Así que editamos hoy, desde mis vacaciones en Torre del Mar, la última entrada del verano contando lo acontecido en este último año.
En cuanto a mis novelas históricas, resumimos su estado actual:
“Pelayo rey”: Publicada la tercera edición y vendiéndose bien (creo)
“La Muralla Esmeralda”: Entregado el borrador a Imágica Ediciones (Me lo volvieron a pedir el pasado mes de junio, un poco por insistencia mía)
“El Muladí”: Mismo caso.
“La Cruz de los Ángeles”: Mismo caso.
“La Cruz de la Victoria”: (Nuevo título para “La caja de las Ágatas”): Entregado el borrador a la editorial hace un año. No se publicará si antes no lo hacen sus antecesoras, para respetar la evolución cronológica.
“Los Mozárabes”: (No pude utilizar el título original, “el mozárabe”, porque ya estaba registrada y publicada una novela llamada así). A falta de unos detalles para terminar el borrador.
Con esto se acaba, de momento, la serie de los Reyes Asturianos.
Otras novelas históricas:
“Boanerges”: (La vida del apóstol Santiago) Redactada más o menos la mitad de la novela. Esperando su turno para concluirla.
“Gauzón”: (La vida de un héroe legendario asturiano). Esperemos tener salud y tiempo para escribir esta novela, de la que, de momento, solo existe el esquema.
Otro tipo de novelas:
“La Medalla Olímpica”: (Una ficción sobre una investigación que se realiza en la época actual sobre la discutida medalla del Marqués de Villaviciosa de Asturias en 1.900, con sociedades secretas por medio, crímenes, intriga y demás). Es en la que he estado trabajando este verano; está casi concluída, a falta de unos capítulos y una revisión final, para la que requeriré la ayuda de mis compañeras profesoras de francés del colegio.
Con esta novela tuve una agradable experiencia. Cuando comencé a escribirla, en 2.008, hice que la investigación que realizaban los protagonistas tuviera lugar en esas mismas fechas, para dar más impresión de realidad. Como ellos tenían que buscar información en Internet acerca de los Juegos de París de 1.900, simulé esa misma búsqueda en lo que aparecía en la red en esa fecha, y dí con una página interesante escrita por D. Fernando Arrechea titulada, creo recordar, "pelotaris, polo y un marqués", que utilicé adecuadamente. Pero en este mismo verano de 2.010 conseguí contactar con el autor de esa página que, amablemente, me envió un ejemplar de un libro escrito por él sobre dichos Juegos Olímpicos en el que se demostraba que algunos hechos dados por mí como ciertos, en realidad, estaban equivocados. Llegué a pensar en cambiar cosas, pero eso significaba reescribir el libro de nuevo; y dado que se trata de una obra de ficción, en la que los hechos no tienen forzosamente que coincidir con la realidad,(Muchos ya son obviamente inventados), decidí mantener en lo posible la trana ya descrita y utilizar para lo demás todo lo aportado por Arrechea en su exhaustiva investigación (expresando el correspondiente agradecimiento, claro está). A ver si soy capaz de concluirla en un par de meses.
Y, por último, un resumen de mis últimas actividades realizadas relacionadas con la literatura:
En mayo asistí, un año más, a la Feria del Libro de Madrid. Coincidí en la caseta de Imágica Ediciones con Eduardo Martínez Rico, autor de una novela sobre el Cid que había publicado dicha editorial dentro de la colección iniciada por “Pelayo, rey”. Para matar las horas entablamos una competición amistosa sobre quién de los dos firmaría más ejemplares que acabó en empate. Pero no puedo evitar sentirme el ganador moral debido a dos detalles: Que uno de los ejemplares del Cid vendidos lo compré yo mismo para que me lo dedicase. (Él había tenido la precaución de traer, con el mismo fin, uno de los míos), y que el hecho de que una novela publicada por primera vez hace ya seis años aguante la comparación con otra (Y mejore notablemente a otras de la misma editorial) escritas mucho más recientemente es, en sí mismo, un triunfo.
Bien, se ha cumplido el objetivo que me había marcado al comienzo del verano: Poner al día a los lectores (y, en cierto modo, ponerme al día yo también) de todo lo sucedido en mis andanzas literarias desde que decidí comenzar esta gran aventura. A partir de ahora, iremos paso a paso. Gracias a todos por su paciencia.

4 comentarios:

  1. Por fin he accedido, prometo hacer comentarios, aunque no me regales el libro que prometiste al primer comentarista de tu blog.
    Mucho ánimo con tu nueva experiencia blogera.

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  2. ¡Hola, Pablo!

    Toda la razón del mundo, se acabó el verano y ahora empieza la acción. Ya tengo tiempo (y además te he agregado a mis Favoritos, lo cual ayuda) para leerte a diario si es que vas a ese ritmo.

    Un abrazo.

    (Por cierto, señor Camino: siento haberme adelantado a lo del libro...)

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  3. Gracias, Juan. Celebro que hayas sido capaz de aprender a realizar comentarios (para mí, cualquier avance en este invento de internet es semejante a cualquiera de las hazañas de mis personajes). Espero que podamos debatir de asuntos interesantes en el futuro

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  4. Gracias, Lola. Aunque seguir el ritmo del verano, a razón de una entrada al día, sería agotador para mí e insoportable para mis lectores. De momento he llegado al momento actual contando todas las vicisitudes de mis novelas, desde su principio, hace casi diez años, hasta hoy. Ahora comenzaré,siguiendo la sugerencia de María de Lombas, a contar un poco más exhaustivamente, las investigaciones históricas que me ayudaron a conocer y comprender el entramado sociocultural en que se iban a mover mis personajes.
    Nos veremos por el cole

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