6 de abril de 2017

Primeras reinas asturianas I

El 13 de Enero del corriente año escribía:
“Por diferentes razones, hacía mucho que no escribía nada aquí ni en mi blog, ni en mis páginas de Facebook. Voy a intentar ponerme al día”.


Y, a lo que veo, sigo igual. Aunque hoy, justo cuando iba a escribir una nueva entrada en Facebook; en mi página de esa red: Pelayo, Rey; y en mi blog: reyesasturianos.blogspot.com con el fin de que mis lectores no me olviden y ayudarles a pasar la espera hasta que llegue la publicación de mi próxima novela, LA ESTIRPE DE LOS REYES, me encontré en Facebook con un interesante artículo de Ramón Martín Pérez en el grupo COSAS DE HISTORIA Y ARTE, sobre las primeras reinas de Asturias.

1.- “GAUDIOSA esposa de don Pelayo
Esposa de don Pelayo, primer rey de Asturias. Puede ser que naciera en Cosgaya, en la comarca cántabra de Liébana, donde pudo conocer al que sería su marido. Fruto del matrimonio fueron: Favila, segundo rey de Asturias y Ermesinda.
Fallecido su esposo, no tardó en seguirle, siendo enterrada en la iglesia de Santa Eulalia de Abamia, en la localidad asturiana de Abamia, donde también recibió sepultura su esposo, don Pelayo. Alfonso X el Sabio, rey de Castilla y León, ordenó trasladar los restos de ambos a la Santa Cueva de Covadonga, donde reposan ambos, en una cavidad natural introducidos en un túmulo de piedra, junto a Ermesinda, hermana del rey.
Gaudiosa tuvo dos hijos con don Pelayo, Favila y Hermisenda”.

Estoy de acuerdo con lo afirmado, excepto con que creo que la hermana de don Pelayo se llamaba Adosinda en vez de Ermesinda. Aunque no sabía (y no sé dónde viene ese dato) que Gaudiosa falleciera después de don Pelayo.

En mi primera novela, PELAYO, REY, hago que Gaudiosa sea la hija de un jefe de los astures que tenían sus pastos de verano en la zona de los lagos y los de invierno en el Sueve. No tengo ningún dato objetivo para estas dos cosas. El hecho de hacer a la esposa de don Pelayo hija de un jefe astur se debe a buscar un motivo para que el primer rey (realmente, jefe o caudillo, más que rey, aunque en mi novela diga lo contrario) asturiano, al que, siguiendo las crónicas de Alfonso III, describo como un descendiente de la nobleza goda, sea aceptado como jefe por las tribus astures.
En mi segunda novela, LA MURALLA ESMERALDA, hago que Gaudiosa muera antes que su esposo. El único motivo es que esa historia estaba prevista que finalizase con la muerte del héroe, y, antes que él, tenía que hacer que desapareciese el resto de personajes de su generación.

Y aquí va el párrafo de PELAYO, REY en que el héroe vuelve a ver a la joven Gaudiosa, comprobando que la niña que había conocido el año pasado ya se había convertido en una mujer.

“Entre éstas y otras amistosas frases, Pelayo, Julián y Viterico siguieron al jefe y a los principales guerreros astures hacia su lugar de refrigerio, mientras el resto de la escolta confraternizaba con el resto de la tribu, a los que ya conocían algunos de ellos por haber acompañado a su conde a las cacerías estivales.
—¡Gaudiosa! —bramó el jefe—. ¡Dile a tu madre que nos traiga queso y sidra! Nuestros huéspedes estarán hambrientos
Una hermosa joven de rubios cabellos, que llevaba recogidos en una trenza, salió de la choza del jefe y los contempló con sus grandes y hermosos ojos verdes.
—Ahora mismo, padre —respondió, pero en vez de volverse inmediatamente para cumplir el encargo, permaneció unos instantes contemplando a los recién llegados.
—¡Gaudiosa! —repitió asombrado Pelayo, reconociendo apenas a la niña que el pasado verano, hacía solo siete meses, se reía y jugaba con su hermana Adosinda— ¡Santo Cielo! ¡Qué cambiada estás!
La joven, que el estío anterior hubiera respondido con cualquier ocurrencia, riendo alborozada, bajó ahora tímidamente los ojos, mientras un tenue rubor cubría sus mejillas y repitió:
—Ahora mismo voy —mientras penetraba rápidamente en la choza llamando a su madre”.


2.- “FROILUBA esposa de Favila
Poco sabemos de Froiluba, ni fecha de nacimiento, ni de fallecimiento. De cualquier manera fue reina consorte de Asturias, gracias a su matrimonio con el rey Favila, segundo rey de Asturias, e hijo de don Pelayo.
Su nombre puede ser una contracción de Froila-López, y por lo tanto descendiente de un Lope, señores de los antiguos cántabros y de Vizcaya. Algo verosímil, por la tendencia seguida por la política matrimonial entre los reyes astures y los miembros de la nobleza vasca.
A Favila y Froiluba se debe la construcción de la iglesia de la Santa Cruz de Cangas de Onís, donde se cree fueron sepultados ambos. La iglesia fue construida en el año 737, siendo consagrada el 27 de octubre de ese mismo año. Debe su nombre a la cruz de roble que portaba don Pelayo en la batalla de Covadonga, y que se convertiría en la "Cruz de la Victoria". La lápida fundacional dice: " y sus hijos, para quienes por ello, oh Cristo, por tú sacrificio sea toda tu gracia, y tras el curso de esta vida les alcance la generosa misericordia. Aquí fueron consagrados altares a Cristo por el sacerdote Asterio, en el día 300 del tiempo transcurrido del año, extendida la sexta edad del mundo, corriendo la era 775 (27 de octubre de 737)”

Interesante aportación. Ciertamente nada se sabe con certeza de Froiluba, excepto que ese fue el nombre de la esposa de Favila y que ella y su marido ordenaron la construcción de la Iglesia de la Santa Cruz, sobre un dolmen anterior. (La actual es una reconstrucción, al menos la segunda de su historia, dirigida por Luis Menéndez-Pidal en 1950). Según alguna leyenda, Favila y Froiluba tuvieron dos hijas, a las que se hace, a la primera, Favinia, esposa del duque Luitfred de Suevonia (personaje y lugar totalmente inexistentes) y, a la segunda, abadesa del monasterio de San Salvador de Oviedo, de lo que no hay ningún dato que lo confirme, por lo que debemos considerar ambas leyendas una invención.


            En mi segunda novela, LA MURALLA ESMERALDA, ya aparece Froiluba, a la que, sin ningún dato objetivo que lo avale, hago hija de un noble godo que llega a Asturias huyendo de la ocupación sarracena. La tercera, EL MULADÍ, comienza con la muerte de Favila, y nada más se cuenta de Froiluba; pero en la quinta, LA ESTIRPE DE LOS REYES (de inminente publicación), esta reina tiene un papel importante, así como la primera de sus hijas, Favinia, de la que tomo los datos de la leyenda, utilizándolos de un modo que no digo aquí, para no desvelar la trama. En cuanto al personaje de Asterio, nombrado en la lápida fundacional, la copia de la misma hecha por Frasinelli (1880), citada por Ciriaco Miguel Vigil (Asturias monumental, epigráfica y diplomática: datos para la historia de la provincia,1887) le designa como “vate”, en vez de como sacerdote, lo que me sirve para hacerle un “adivino” o “dirigente espiritual” de los astures.

            Froiluba aparece por primera vez en las páginas de LA MURALLA ESMERALDA, de la siguiente manera:

“Pelayo movió dubitativamente la cabeza, deseando contagiarse del optimismo de su esposa, pero no sintiéndose muy capaz de conseguirlo, cuando un sonido de cabalgaduras que, más veloces que las suyas, les iban alcanzando por el sendero, alarmó a la escolta y les hizo volverse. Retrocediendo hasta llegar a la altura del carromato, vieron llegar hacia ellos a cinco jinetes. Dos de ellos marchaban un poco delante, un joven alto y rubio, ricamente ataviado y una muchacha de gran parecido con él. Más atrás, y pareciendo ser sus sirvientes, iban los otros tres.
—Dios os guarde —exclamó el joven, refrenando su montura al ver aquella importante comitiva.
—Que Él vaya con vos —respondió el jefe de la escolta que se había adelantado—. ¿A dónde vais y qué queréis?
—Habíamos oído que en Asturias el conde Pelayo había encabezado una rebelión contra los musulmanes —respondió el joven, después de comprobar que, ni por su aspecto ni por sus vestiduras, los que se encontraban delante de él tenían parecido con los temidos invasores que acababa de nombrar—. Venimos a unirnos a él.
—Es cierto —asintió el jefe de la escolta—. Estáis en las tierras del rey Pelayo —les dijo, poniendo énfasis en la palabra rey. Y luego, tras una rápida mirada a su señor, como pidiendo instrucciones, continuó, señalándole:
—Estáis ante él en persona.
—¿De verdad? —exclamó el joven—. ¿Sois vos? —y luego, descabalgando, inclinó la cabeza ante el soberano mientras en su rostro se dibujaba un gesto de alegría—. Al fin hemos llegado —dijo, ayudando a su hermana a descabalgar a su vez.
—¿Quiénes sois? —preguntó Pelayo—. ¿De dónde venís?
—De Brigantium, señor. Me llamo Alarico, y esta es mi hermana Froiluba”.

……

“—Veo que tienes muchas cosas que contarnos —dijo el rey—. Y aún estamos lejos de nuestra casa. Venid con nosotros el resto del camino. Nuestros hijos, que son jóvenes como vosotros, harán que se os haga, si no más corto, si más agradable.
—Será un placer —exclamó Favila, dirigiéndose al joven Alarico, pero sin apartar los ojos del hermoso rostro de Froiluba—. Acompañadnos”.

Como está resultando muy extenso, seguiré con las siguientes dos reinas en la próxima entrada.


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