Como relaté
en mi entrada anterior, habiendo ya concluido (así lo creía entonces) La
Estirpe de los Reyes, que ya obraba en poder de la editorial (aunque, por las
circunstancias que expliqué, pospusimos su publicación hasta el próximo otoño),
me dediqué a reescribir La Cruz de los Ángeles, ampliándola, cambiando ciertos
aspectos de la trama que no acababan de llenarme, y cambiando su estructura de
parte de una serie a libro que podía leerse individualmente. También terminé,
en poco tiempo (demasiado poco), esa tarea y comencé a preparar la siguiente
novela (La Cruz de la Victoria), que haría la sexta de la serie en orden cronológico
histórico y de publicación. Aunque llevaba registrada desde el 21 de enero de
2008, y escrita, aunque sin finalizar, desde mucho antes, aunque con el título
de La Caja de las Ágatas, que era la Joya de la Cámara Santa que iba a tener
importancia en sus páginas (al igual que la Cruz de la Victoria lo tuvo en
Pelayo, Rey y la Cruz de los Ángeles en la del mismo título). En esa fecha, ante
la proximidad de los 1.000 años de la Cruz de la Victoria y los 1.200 de la
Cruz de los Ángeles, dado que el primer título, al fin, no se empleó en Pelayo,
Rey, y que no conseguía encajar bien la trama de la caja de las ágatas, cambié
algunas cosas, le dí el nuevo título e intenté que alguna editorial quisiera
aprovechar el momento y la publicidad gratuita que representaba el aniversario
para editarla. Lamentablemente, no encontré ninguna dispuesta a hacerlo.
Volviendo
al tema que nos ocupa, La Cruz de la Victoria narra el fin del reinado de
Ramiro I, el de Ordoño I y, como parte fundamental de su trama, el de Alfonso
III, protagonista principal de la misma. Me tomé la tarea con calma porque, en
el mejor de los casos, no intentaría publicarla hasta la primavera del 2017 o,
más posiblemente, el otoño del 2018 para dejar que transcurriera un año desde
la publicación de La Estirpe (no hay que atosigar el bolsillo de los lectores).
Eso sin contar que esa fecha no estuviese ocupada por la publicación de la
nueva redacción de La Cruz de los Ángeles (si es que llego a decidirme a buscar
editorial para ella).
Así
la estructura de mis novelas quedaría como sigue:
Una
serie principal de libros, que se puedan leer independientemente y de mayor
volumen y entidad, formada por Pelayo, Rey; La Cruz de los Ángeles (la nueva
redacción, si es que llego a publicarla) y La Cruz de la Victoria (a falta de
una última revisión).
Y
una serie de novelas encadenadas, que serían Pelayo, rey (es el origen de todo),
La Muralla Esmeralda, El Muladí, La
Cruz de los Ángeles (la redacción primitiva, que ya está publicada), La Estirpe
de los Reyes (que se publicará el próximo otoño), Los Mozárabes (aún no concluida)
y alguna más, quizá con el título y tema de la Caja de las Ágatas.
Pero
esto puede tener (y tendrá) cambios, como explicaré en la próxima entrada.
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