30 de junio de 2018

Retomando el contacto con mis lectores.


Al poner la fecha de esta publicación he sentido vergüenza. Hacía cuatro meses y 22 días que no escribía nada en el blog. No acabo de creérmelo. La verdad es que, en todo este tiempo, mi actividad literaria ha sido pausada, al menos en la parte creativa, debido, sobre todo, a que he estado centrado en las publicaciones, que creía inminentes, de, por un lado, La estirpe de los Reyes, y por el otro, de La Cruz de la Victoria, amén de tomar la decisión de intentar publicar o no la nueva versión de La Cruz de los Ángeles. En cada uno de estos temas estaban implicadas (de momento) tres editoriales diferentes, y en ninguno de ellos la decisión o la realización me competía a mí. Debido a estar pendiente de estos temas, el avance en la escritura de El Rey Leproso o La Caja de las Ágatas (aún no he decidido cuál de ambos títulos voy a utilizar, o si serán dos novelas separadas) ha sido muy lento, pues, sea como sea, no se publicará hasta que vean la luz las otras dos o tres antecesoras.
Pero eso no es excusa para abandonar de esa manera a mis lectores. Pido disculpas por ello y, en este momento de comenzar las vacaciones estivales, que es el momento en que más tiempo dedico (o dedicaba antes de mi jubilación) a la actividad literaria, me comprometo a avanzar en la redacción de esa novela y a tener al tanto de ello a mis lectores. Otra cosa son los temas editoriales, que quedan aparcados hasta el próximo otoño.
Y ya solo me queda, por supuesto, desear un feliz verano a todos mis lectores y a los que, aunque aún no formen parte de ese colectivo, espero merecer que lleguen a él en un futuro.

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