10 de octubre de 2012

PROBLEMAS QUE SURJEN AL TRABAJAR EN LA CRUZ DE LOS ÁNGELES


Como habíamos anunciado, he abandonado temporalmente LA ESTIRPE DE LOS REYES para centrarme en la corrección ortotipográfica de LA CRUZ DE LOS ÁNGELES. Y, como de costumbre, comienzan las complicaciones.

Ya en el primer capitulo, al describir los primeros años del reinado de Fruela I, utilizo a unos personajes que tuvieron su importancia en la anterior novela EL MULADÍ, aunque, en realidad, su primera aparición en mis páginas fue al final del capítulo 20 de LA MURALLA ESMERALDA : La musulmana Fátima, que al final de EL MULADÍ llega a ser la concubina del rey Alfonso I, y su siervo y/o protector, Suleimán ibn Yusuf, que vive entre los cristianos bajo la falsa identidad de un aparcero llamado Rufino. Como los capítulos de la trama asturiana de LA ESTIRPE DE LOS REYES transcurren a la vez que los últimos de EL MULADÍ y los primeros de LA CRUZ DE LOS ÁNGELES, hay personajes y situaciones de la estirpe que deberían verse relacionadas, o, al menos, comentadas, en LA CRUZ DE LOS ÁNGELES, lo que no es así porque dicha novela lleva ya escrita más de diez años; mucho antes de que ni siquiera pensase en escribir la actual.

Como me urgía seguir con las correcciones, después de una breve revisión, decidí que la trama de LA ESTIRPE no influiría demasiado en la de LA CRUZ y podría mantener el texto original de esta última. Pero luego la cosa fue cambiando.

Ya en el capítulo II de LA CRUZ DE LOS ÁNGELES toma importancia la figura de Abderrahmán I, como rival del rey asturiano Fruela. (Luego lo sería de sus sucesores, Aurelio, Silo, y Mauregato) Y este gobernante musulmán, que fue el creador del emirato independiente  que, a la postre, se convertiría en el esplendoroso califato cordobés, tiene una historia importante y novelesca que siempre había deseado tratar con más intensidad que lo relatado en esas páginas. No sé si algún día podré relatar la apasionante vida de Abderrahmán ibn Moawia, único de la familia Omeya que consiguió sobrevivir a la matanza ordenada por sus rivales, los Abbasidas y que, tras un largo viaje, instauró dicha dinastía en Al Andalus; pero ya en mi esquema de LA ESTIRPE DE LOS REYES, Teodoredo, el hijo de Alarico que iba a tomar el protagonismo en los siguientes capítulos, estaba previsto que se encontrase con Abderrahmán en Siria, cuando todavía era un miembro de la familia que ostentaba el califato; que compartiese con él algunas aventuras y que, en fin, le acompañase en su viaje hasta Hispania; una vez allí ya encontraría la manera (aún no está decidido cómo) de que pasase a Asturias para entroncar con la parte de la trama correspondiente a los descendientes de Favila. Naturalmente no sería lógico que esto no se viese reflejado en los capítulos de LA CRUZ DE LOS ÁNGELES que tratan de los hechos de Abderrahmán I. Pero como todavía no sé (ni lo sabré hasta que lo escriba) qué va a pasar entre Teodoredo y Abderrahmán en LA ESTIRPE DE LOS REYES, no puedo rectificar adecuadamente  los capítulos correspondientes de LA CRUZ DE LOS ÁNGELES.

Ante esto tengo dos opciones: Postergar la corrección de LA CRUZ DE LOS ÁNGELES (y, por tanto, su edición, algo doloroso para una novela que lleva esperando diez años a ver la luz, y que considero la más importante de las mías después de PELAYO, REY), o hacer lo que pensaba y ya he explicado respecto a la trama asturiana; que lo que escriba en LA ESTIRPE DE LOS REYES no sea tan importante, históricamente, como para que tuviera que verse reflejado en LA CRUZ DE LOS ÁNGELES. (Lo que rebajaría el nivel de aquella novela)

Ambas opciones me repelen, pero una de las dos tengo que tomar, y dudo, dudo, y dudo. Si alguno de los lectores del blog tiene alguna sugerencia que hacerme, la agradeceré.

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