3 de enero de 2013

UNA CUESTIÓN INTERESANTE II.- Situación real.


Aunque había decidido dejar pasar unos días para no influir en las posibles (y deseadas) aportaciones, voy a hacer un breve esquema sobre cómo estaba España en esos tiempos para ayudar a los que quieran enviármelas. (Aunque supongo que los que se decidan a ello ya estarán suficientemente informados)


En la España sometida al Islam, y dentro de las sempiternas luchas entre Mahadíes (qaysíes) y Yemeníes (kelbíes), como he relatado en mi tercera novela EL MULADÍ, el emir Yusuf al Fihrí y su mano derecha Samail mantienen una frágil hegemonía, siempre puesta en entredicho por diferentes linajes kelbíes, procurando disimular los recelos existentes entre ambos.


Y en el reino cristiano de Asturias, Alfonso I, aprovechando esas disputas y, sobre todo, la rebelión de los bereberes, eje central de dicha novela EL MULADÍ, ha realizado incursiones por la zona comprendida entre la muralla defensiva del reino Asturiano formada por la cordillera Cantábrica (la “MURALLA ESMERALDA” que da título a mi segunda novela), y el río Duero, aunque sin incorporarla definitivamente a sus posesiones, pero creando, si no un desierto deshabitado, como defiende el maestro Sánchez Albornoz, sí un territorio lo suficientemente poco poblado como para que dificulte las posibles invasiones musulmanas, a la vez que aumenta apreciablemente la demografía asturiana.


Este es el escenario en el año 756, cuando Abderrahmán I desembarca en Almuñécar. Ahora, dejen volar su imaginación y piensen qué hubiera sucedido si el Omeya no hubiera llegado a España.

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