30 de agosto de 2014

Final del verano.

Bueno, pues ya está. Se acabó el verano, tiempo vacacional en que puedo dedicar más horas a escribir, y es el momento de revisar cómo va la redacción de mis novelas, concretamente, "La Estirpe de los Reyes", que es en la que he estado trabajando últimamente. Y, no siendo demasiado exigente conmigo mismo, puedo decir que los objetivos se han ido cumpliendo. Dejando aparte los capítulos impares, en los que se narran acontecimientos que tienen lugar en Asturias, y que dejo para escribir en momentos y/o lugares menos cálidos que aquellos en que me encuentro ahora, me he dedicado a los capítulos pares, en los que, siguiendo a Alarico, la acción tiene lugar en el mar Mediterráneo, en Constantinopla, en Anatolia, en Mesopotamia y en el norte de África. Hemos narrado las aventuras que llevan a nuestro protagonista a convertirse en un alto oficial del Imperio Romano de Oriente, a participar en las luchas dinásticas entre Constantino V y su cuñado Ardabasto y a frenar las acometidas de los musulmanes en aquellos lugares; hemos aprovechado para, bien por visión directa o por narraciones de alguno de los personajes, relatar los últimos y turbulentos años del califato Omeya y la llegada al poder de los Abbasidas; Abderrahmán ibn Moawia, que ya había tenido una breve aparición anterior como niño, vuelve a tener sitio en estas páginas y, con su fuerte personalidad y contra lo previsto anteriormente por el autor, roba protagonismo a los personajes principales y se convierte en el eje sobre el que giran los acontecimientos; Teodoredo toma el papel de su padre, Alarico (No diremos como)y sigue siendo el hilo conductor de la saga; Y, en este moemnto, Abderrahmán, su criado Badr, y Teodoredo, se encuentran en Ceuta dispuestos a pasar a la península para que podamos enterarnos de los acontecimientos que llevan a Al Andalus a convertirse en un emirato independiente. Es hora de hacer una pausa, y, puesto que la trama oriental ha avanzado mucho en el tiempo, retomar los capítulos impares y relatar lo que ha ocurrido en Asturias (Últimos años del reinado de Alfonso I, ya narrado en "El MUladí", pero desde otro punto de vista, con la llegada de los nuevos protagonistas)y lo que va a ocurrir (Principio del reinado de Fruela, también narrado, pero de forma diferente, en "La Cruz de los Ángeles"). Pero eso será en Madrid, y con otro ritmo, pues ya hay que trabajar. Y no he solventado la duda, antes al contrario, de si al final será un solo libro, o dos con un final conjunto. Ya veremos. Muchas fuerzas a todos mis lectores para retomar la actividad habitual (Y que no falte)

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