26 de noviembre de 2012

COMPLICACIONES EN LA ESTIRPE DE LOS REYES.

He tardado en entrar de nuevo en el blog. Por diversas razones no puedo dedicar a la actividad literaria tanto tiempo como quisiera y tampoco estoy avanzando lo que me gustaría, por lo que no tengo demasiadas cosas que contar.


Como anunciaba en la entrada anterior, he tenido que tomar una decisión, y, con sentimiento de frustración y sin estar seguro de hacer lo correcto, he vuelto a postergar a La Cruz de los Ángeles hasta que haya avanzado lo suficiente en La Estirpe de los Reyes como para comprobar que lo que escriba en esta última no esté en contradicción con lo narrado en aquella.

Pero este avance es tremendamente lento. Ya había avanzado que, escritos ya los capítulos correspondientes a la descendencia de Favila, al menos hasta enlazar con los primeros de “El Muladí”, cuando Alfonso I vuelve a Asturias con las cautivas musulmanas que tanta importancia van a tener en esa novela (Y en la Cruz de los Ángeles), me había centrado en la trama correspondiente a la (imaginaria) descendencia de Rodrigo, con Alarico y su hijo Teodoredo (nieto bastardo y no reconocido del último rey godo) llegando al Imperio Bizantino.

Mi primera idea era que esto ocurriese en el año 743, cuando el legítimo emperador, Constantino, depuesto por su cuñado Artabasdo, luchase para reconquistar su trono, labor en la que el griego Nicéforo y Alarico iban a ser determinantes. (Y así está ya esbozado y escrito). Además, como según estaban establecidas las edades, Teodoredo iba a ser, más o menos, contemporáneo de Abderrahmán I, iba a aprovechar la ocasión para que se conocieran (Pensaba posteriormente hacerles coincidir en España para tener ocasión de narrar la apasionante vida de Abderrahmán con más detalle que lo ya esbozado en El Muladí y en La Cruz de los Ángeles.)y, con esa intención, envié a Alarico como embajador de Constantino a pedir una tregua a los musulmanes en el año 744.

¡Y en qué momento lo hice! Desde hace más de un mes estoy intentando documentarme sobre el califato de Damasco en esa época. Acababa de fallecer Hisham I Abd al Malik, 10º califa de la familia Omeya, y le había sucedido su sobrino Walid II ibn Yazid, que iba a reinar solo unos meses, pues ese mismo año moriría, quizá envenenado, y su primo Yazid III ibn Walid, hijo del primogénito de Abd al Malik, ocuparía su lugar. Aunque también en ese año 744 muere, y le sucede su hermano Ibrahim ibn Walid, pero otro omeya, Merwan ibn Mohamed se subleva defendiendo los derechos de los hijos de Walid II, y cuando, por orden de Ibrahim, son asesinados, Merwan se proclama califa, cargo que ocuparía hasta ser derrocado y muerto por los Abbasidas (Pero esto es otra historia que dejaré para la próxima entrada).

Así que tengo que contar las intrigas de esos años, con unos gobernantes musulmanes con nombres que se prestan a la confusión. (El Hijo de Walid I se llamó Yazid y gobernó como Yazid III; el hijo de Yazid II tuvo el nombre de Walid, y gobernó como Walid II, además, todos conspiraron unos contra otros) No sé cómo hacer para que los lectores puedan entenderlo sin perderse. Realmente, antes tengo que conseguir entenderlo yo para redactar una trama coherente.

Y en eso estamos desde hace más de un mes.

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