14 de enero de 2013

UNA CUESTIÓN INTERESANTE IV.- Una aclaración necesaria.


Estaba terminando el borrador de mi próxima entrada manifestando mi propia opinión sobre cómo hubiera evolucionado la Reconquista si Abderrahmán I ibn Moawia no hubiera conseguido llegar a España, cuando un amigo me hizo la siguiente pregunta:


“¿Y por qué fue tan importante la llegada de ese personaje?”


Y eso me hizo recapacitar, revisar todas las entradas anteriores y reconocer que no había hecho hincapié en una cuestión que yo creía tan obvia y tan conocida por todo el mundo que no me había creído en el deber de resaltar.


Dejando aparte todas las demás circunstancias que cambiaron con la llegada de Abderrahmán, la principal sin duda alguna, fue que desde ese momento Al Andalus, la España musulmana FUE INDEPENDIENTE. Que no se limitó a ser una provincia más del Califato y que su destino no dependió de lo que ocurriera en Damasco o en Bagdad, sino única y exclusivamente de los acontecimientos que afectaran a la Península. Y sus gobernantes, desde ese momento nacidos en España (Paso por alto los breves períodos de dependencia de los imperios africanos de Almohades, Almorávides y Benimerines, muy posteriores a la época que estamos estudiando), fueron teniendo más puntos de contacto, incluidos los de parentesco (pues sus madres fueron, con frecuencia, cristianas cautivas) con los reyes cristinos que con los lejanos gobernantes asiáticos.


Y eso contribuyó a crear un estado con características propias, muy diferente, como puede comprobarse echando un vistazo a la historia, del resto de países musulmanes existentes a partir de ese momento.


Así que he cambiado el titulo de esta entrada y dejo mis propias opiniones para la próxima. Espero que quien no conociera este detalle me perdone por no haberlo citado antes, y los que lo consideren obvio me disculpen por haber insistido en él

6 de enero de 2013

UNA CUESTIÓN INTERESANTE III.- Lo que pasó en realidad..


Para dar más pistas, y dado que ya ha habido una aportación, narro brevemente lo que ocurrió tras la llegada del Omeya.


Cuando Abderrahmán I llegó a España, la lucha entre qaysíes y kelbíes habitual en el Islam seguía latente. Pero con su llegada cambiaron los bandos. Los “clientes” (los que se sentían obligados por una u otra razón hacia un determinado personaje o familia) de los Omeyas contra los que seguían apoyando a Yusuf el Fihirí.

La victoria de Abderrahmán y las consiguientes muertes de Yusuf y su lugarteniente Samail no aseguraron un reinado tranquilo para Abderrahmán. Antes, al contrario, durante todo el tiempo de su gobierno tuvo que someter a los hijos de Yusuf, atrincherados en Toledo y en otras plazas, a los bereberes que aún mantenían en su poder las serranías, a diferentes linajes kelbíes en Huelva y a los enviados de los Abbasidas. (Todo esto lo cuento en mi novela aún no publicada, “LA CRUZ DE LOS ÁNGELES”); por lo que no pudo emprender campañas contra el reino asturiano. (La efectuada en 759 contra Galicia en la que su ¿hijo? Omar fue derrotado y muerto por Fruela es improbable, aunque la he recogido en mi citada novela porque se adecuaba bien a la trama de esta)

Y, en el reino asturiano, los tiempos revueltos de los reinados de Fruela, Aurelio, Silo, Mauregato y Bermudo no tuvieron trascendencia ante esa impotencia de los musulmanes, quedando todo en un “impasse” hasta la llegada al poder de Alfonso II, “el casto”

3 de enero de 2013

UNA CUESTIÓN INTERESANTE II.- Situación real.


Aunque había decidido dejar pasar unos días para no influir en las posibles (y deseadas) aportaciones, voy a hacer un breve esquema sobre cómo estaba España en esos tiempos para ayudar a los que quieran enviármelas. (Aunque supongo que los que se decidan a ello ya estarán suficientemente informados)


En la España sometida al Islam, y dentro de las sempiternas luchas entre Mahadíes (qaysíes) y Yemeníes (kelbíes), como he relatado en mi tercera novela EL MULADÍ, el emir Yusuf al Fihrí y su mano derecha Samail mantienen una frágil hegemonía, siempre puesta en entredicho por diferentes linajes kelbíes, procurando disimular los recelos existentes entre ambos.


Y en el reino cristiano de Asturias, Alfonso I, aprovechando esas disputas y, sobre todo, la rebelión de los bereberes, eje central de dicha novela EL MULADÍ, ha realizado incursiones por la zona comprendida entre la muralla defensiva del reino Asturiano formada por la cordillera Cantábrica (la “MURALLA ESMERALDA” que da título a mi segunda novela), y el río Duero, aunque sin incorporarla definitivamente a sus posesiones, pero creando, si no un desierto deshabitado, como defiende el maestro Sánchez Albornoz, sí un territorio lo suficientemente poco poblado como para que dificulte las posibles invasiones musulmanas, a la vez que aumenta apreciablemente la demografía asturiana.


Este es el escenario en el año 756, cuando Abderrahmán I desembarca en Almuñécar. Ahora, dejen volar su imaginación y piensen qué hubiera sucedido si el Omeya no hubiera llegado a España.

2 de enero de 2013

UNA CUESTIÓN INTERESANTE:


Lo primero: ¡Feliz año a todos! Especialmente a mis fieles lectores, (Y a los que no son tan fieles,  ¡Qué le vamos a hacer!)


En segundo: aunque muy lentamente, mi novela LA ESTIRPE DE LOS REYES va avanzando. En los días que me queden de vacaciones espero darle un buen empujón, y ­ ¡Ojalá! ­ antes del próximo verano pueda, si no terminarla,  por lo menos haber concluido la trama y haber resuelto las posibles complicaciones que tenga con LA CRUZ DE LOS ÁNGELES (las que surjan con EL MULADÍ ya no tienen remedio) para poder comenzar a pensar en la publicación de esa novela, tanto tiempo postergada, y que para mí es una de las más queridas y la que más tiempo histórico del reino de Asturias abarca, al fin y al cabo, uno de los objetivos de esta serie.


Y en tercero: la cuestión interesante que anuncio en el título. Los protagonistas de LA ESTIRPE están concluyendo el complicado año 744. Ya han fallecido (Por causas naturales u otras, con la complicidad del autor de la novela o a pesar de él) Hisham Abd al Malik, Walid II ibn Yazid ibn Abd al Malik, Yazid III ibn Walid ibn Abd al Malik, Ibrahim ibn Walid ibn Abd al Malik y gobierna el Islam Merwan II. Todo está preparado para que en el año 750 Abú al Abbas al Safah comience la dinastía Abbasida y se gane su apodo asesinando a todos los Omeyas. ¿A todos? ¡No! El joven Abderrahmán ibn Moawia se salva atravesando a nado el Éufrates y llega hasta España (el que quiera conocer estos hechos con todo el dramatismo que requieren, que lea la novela) instaurando en ella el emirato independiente, antecesor del califato Cordobés.

Y aquí la pregunta. ¿Cómo hubiera afectado a la historia de España el hecho de que los arqueros abbasidas hubieran sido más certeros y la estirpe Omeya (No confundir con la que da título a mi novela, aunque también tenga parte importante en ella) hubiera concluido en las aguas del Éufrates? ¿Habría sido favorable para los intereses de los reinos cristianos ­ El ya formado de Asturias y los que posteriormente iban a nacer en León y en Castilla, herederos de aquél, y los que nacerían por su parte al sur de los Pirineos: Navarra, Aragón y los condados catalanes?

Espero que los lectores se animen a publicar aquí, en el blog, sus opiniones. (O en su defecto en mi página de Facebook o en la de mis novelas). Yo por mi parte, daré a conocer las mías al respecto en una próxima entrada, pero dentro de unos días, para dar tiempo a que haya más y pueda establecerse una interesante controversia.